Atardece el día en la hora del sinfín.
Raúl conduce en la cabina. Yo en el remolque.
Manos hundidas. Raíces en grano de trigo.
Olor gramineo, sudor recién cosechado y la espalda...
la espalda en rumor, en picor de otoño.
-Voy a darle vuelco. Arranca el sinfín
cosecha cosechaco sechacose chacosecha.......
martes, marzo 24, 2009
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